En algún momento del día, cuando creemos sentir hambre y comenzamos a buscar comida desesperadamente lo que ocurre es que, en realidad, estamos bajo un ataque de ansiedad que nos empuja a buscar una cortina de humo que nos ayude a ocultar la verdadera raíz del problema que nos abate. Comemos y comemos sin llenarnos, lastimamos nuestro cuerpo injiriendo toda clase de elementos y el problema no desaparece, sigue ahí. A nuestro problema original ahora le estaremos sumando otro; el complejo por el sobrepeso.
¿Eres de los que comen muchos dulces y golosinas? Si es así deberías pensar en bajarle en su consumo; los dulces, así como la cafeína, son estimulantes que pueden excitar tu sistema nervioso; te sentirás ansioso, y si ninguna rutina de ejercicios entra en tu panorama, vas a encontrar en la comida la única vía de escape para sentirte relajado, se volverá como una adicción.
Ni la soledad ni el sedentarismo son buenos consejeros. Enfrentar solos las situaciones muchas veces lleva a profundizarlas. La actividad física es importante porque ayuda a focalizar nuestra mente, interactuar con otros y, lo más importante, nos ayuda a mantenernos sanos y activos. Recuerda, la autoestima comienza en tu mente, en tu corazón, no en lo que digan los demás; no tienes que ser un experto en deportes para comenzar a practicar uno; si corres o caminas chueco, no importa!! Hazlo por ti, por tu salud, verás que la mente poco a poco se comienza a aclarar.
.Alejandro C.